miércoles, 27 de julio de 2011

Antología parcial / 20


  



Sobre la tierra amarga,
caminos tiene el sueño
laberínticos, sendas tortuosas,
parques en flor y en sombra y en silencio;
      criptas hondas, escalas sobre estrellas;
retablos de esperanzas y recuerdos.
Figurillas que pasan y sonríen
—juguetes melancólicos de viejo—;
      imágenes amigas,
a la vuelta florida del sendero,
y quimeras rosadas
que hacen camino... lejos...

Antonio Machado: Soledades (1903)


lunes, 18 de julio de 2011

15M

(apud Claudio)
 
Querido Darío.
Quienes te conocemos sabemos que te encanta provocar a los demás, ponerlos en apuros. Dialécticamente, claro. Y sabemos que tienes una habilidad especial para mostrar la endeblez de un juicio, desvelar la inconsistencia de un razonamiento o airear las contradicciones de una argumentación. En Laramie sabemos también que en esa conducta tuya no hay doblez, ni malicia ni desconsideración al otro, sino una exacerbada pasión por la polémica. Una punto de vista que, evidentemente, no todo el mundo comparte, especialmente quienes entienden el debate como una contienda, como un enfrentamiento personal. 
Juan Genovés: Mancha

¿Mi opinión sobre el llamado 15M? Tú la conoces perfec-
tamente, Darío. Y sabes que simpatizo con esa corriente de energía cívica y de dinamismo social que se puso en marcha aquel domingo de mayo, en el que, por cierto, todos los que participamos en aquella manifestación nos quedamos atónitos al comprobar el inesperado respaldo a la convocatoria. Así que no voy a repetir aquí los motivos por los que apoyo este tipo de iniciativas ni las razones con las que defiendo la necesidad de un cambio en nuestro país, en nuestra sociedad.
Yo sé que lo que tú pretendes, Darío, es otra cosa. Como está claro que compartimos el universo de discurso, lo que buscas –si no me equivoco– es que se expliciten las ideas que articulan ese discurso en cada uno de nosotros, empezando por mí. Porque es ahí, justamente ahí y no en lo genérico, en lo estrictamente contextual, donde puede germinar el debate, donde el pensamiento no queda apresado en una frase hecha o en una consigna hueca. A ver qué te parecen estos tres apuntes.

Lo real, insuficiente e insatisfactorio
Cuando tuve noticias, a través de Carlota y rarodeluna, de las primeras iniciativas en las redes sociales de Internet, me llamó la atención que se blandiera el lema democracia real ya. Entiendo que ahí real tiene el sentido de ‘genuino’, ‘auténtico’, ‘verdadero’. El mismo sentido que se adivina en expresiones tan desafortunadas como socialismo real, o tan voluntariosas como izquierda real.
Para mí, real equivale a decir ‘lo que es’, ‘lo que existe’. Así, la democracia real es el sistema político vigente, dañado por el descrédito de las instituciones, la desconfianza en los políticos y el escepticismo, la pasividad o la indiferencia de los ciudadanos. Del mismo modo, la economía real es esa máquina depredadora, sin freno ni control alguno, que funciona alentada por la especulación y la codicia y que genera riqueza incrementando los desequilibrios regionales y la pobreza, la desigualdad social y la precariedad laboral, la insolidaridad y la injusticia. Por su parte, la izquierda real es, no lo olvidemos, la que en distintas instituciones y con distintas siglas ha gobernado en las tres últimas décadas en este país desde que en 1979 accedió a los ayuntamientos democráticos. Hora es ya, por cierto, de calibrar esa realidad, los aciertos y los errores, los logros y las promesas incumplidas.
(En un sentido metafórico la izquierda real es un estado de ánimo que dura ya tanto tiempo que corre el riesgo de convertirse en algo así como una distimia crónica. Anclada en las previstas respuestas e incapaz de responder a las preguntas necesarias, alimenta la pesadumbre y la tristeza, el desaliento y la melancolía…)
En fin. Como yo no sé qué es ‘lo genuino’, ‘lo auténtico’, ‘lo verdadero’ –y desconfío de quien dice saberlo–, me limitaré a decir que lo real es, es desde la perspectiva de lo posible, insuficiente e insatisfactorio y que por ello es necesario transformar, cambiar esta realidad.

Sánchez Moreno: Sillas


Lo real, plural y diverso
En el momento álgido de las concentraciones asistí a una asamblea en la que se debatían aspectos importantes sobre el futuro inmediato de las iniciativas en marcha. Me llamó la atención el empeño que los intervinientes ponían en que la decisión se adoptara por unanimidad. No, por unanimidad, no: por consenso, me aclaró Carlota. ¿Y por qué?, le pregunté. Porque se trata de mantener la unidad y la cohesión del movimiento, respondió rarodeluna.
Desde la década de los sesenta del pasado siglo los movimientos sociales son iniciativas más o menos espontáneas que convergen en torno a la sílaba del no: a la segregación, al apartheid, a la guerra, a la violencia de género, a la privatización de servicios públicos, a la devastación del Amazonas, a la xenofobia y al racismo… Cientos, miles de personas coinciden en el momento de la negación, en el rechazo, en lo que no les gusta o no desean.
Acuérdate, Darío, del No a la Guerra de Irak. En las manifestaciones participamos personas de las más diversas adscripciones políticas, incluida la derecha. El No fue casi unánime y rotundo. Pero esa unanimidad era delimitada y puntual. Quiero decir que, a poco que uno escarbara, comprobaba que tras ese No compartido latían experiencias, motivaciones y expectativas bien distintas. Eso mismo ocurre, en mi opinión, en el 15M.
Para dar un salto cualitativo de la negación a la afirmación, de la protesta al compromiso, el diagnóstico a la acción, es necesario asumir que en nuestra sociedad lo plural y lo diverso son dos condiciones de lo real. Y en ese empeño nadie, absolutamente nadie puede arrogarse el derecho de admisión.

Lo real, en vivo y en directo
“Comparemos el lienzo (pantalla) sobre el que se desarrolla la película con el lienzo en el que se encuentra una pintura. Este último invita a la contemplación; ante él podemos abandonarnos al fluir de nuestras asociaciones de ideas. Y en cambio no podremos hacerlo ante un plano cinematográfico. Apenas lo hemos registrado con los ojos y ya ha cambiado. No es posible fijarlo”.
Walter Benjamin fue el primero en advertir que con el cine, esto es, con la imagen en movimiento, nacía un nuevo modo de experimentar nuestra relación con lo real. Una experiencia puntual, inmediata, similar a un shock: una impresión fuerte, súbita, momentánea, que nos viene de fuera y ante la cual nos comportamos pasivamente; es decir que se nos impone sin trabajarla.
¿Recuerdas, Darío, el efecto que produjo el seguimiento televisivo de las horas inmediatas al asesinato de Miguel Ángel Blanco, el joven concejal de Ermua? ¿O las imágenes de los atentados del 11 de marzo de 2004? ¿Y las del terremoto de Haití…?

Alex Majoli
Uno de los primeros lemas de los que tuve noticia en los primeros días de la movilización de mayo decía algo así como “la revolución nunca será televisada”. La realidad ha desmentido el pronóstico. El Sistema deglute y metaboliza todo lo que se le pone por delante. ¿Acaso hemos olvidado la retransmisión, en vivo y en directo, del bombardeo nocturno sobre Bagdad en la Guerra del Golfo?
Lo que comenzó el 15 de mayo no fue (todavía) una revolución, pero sí que fue televisado. A mi modo de ver, la cuestión es: ¿por qué la televisión le otorgó ese protagonismo a las movilizaciones de aquellos días? ¿Qué efecto tuvo ese seguimiento en el desarrollo de los acontecimientos? ¿Qué habría pasado si los medios de comunicación, en general, y la televisión en particular hubieran desatendido o minimizado las primeras movilizaciones? En definitiva y como diría la reina de corazones, ¿quién manda aquí, Darío?
Por cierto, date cuenta cómo han sido los medios de comunicación los que han acuñado el término, 15M. Forma parte del espectáculo: expresa con absoluta nitidez su decisión de convertir en efeméride cualquier acontecimiento, sea de la naturaleza que sea, y de diluir su significado (y su sentido) en una imagen de marca o en un eslogan.
Y ya está bien. Dentro de media hora salgo para Vitoria. Me esperan unas espléndidas sesiones de jazz.
Le dejo esta carta a Antonio para que te la entregue este fin de semana. Comparte la lectura (y la posdata) con los amigos y amigas de Laramie.
Hasta la vuelta. Un abrazo
                                       Claudio


Las cuatro estaciones

Os sugiero que releáis la escena segunda del tercer acto de Julio César, de Shakespeare. Ya sabéis: el discurso que Marco Antonio dirige al pueblo romano reunido en el foro, ante el cadáver de César: una obra maestra de la retórica al servicio de los intereses de la política, un monumento a la manipulación de la conciencia y la voluntad la gente. Aquí tenéis la espléndida interpretación de Marlon Brando en la adaptación cinematográfica de Joseph Leo Mankiewicz.

Para seguir indagando en lo real, no os perdáis la exposición de Antonio López en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid. Estará abierta hasta el 21 de septiembre.

Antonio López: Lavabo y Espejo


En la tercera esquina os dejo una novela de Belén Gopegui: Lo real, publicada por Anagrama. Es la historia de Edmundo Gómez Risco, que aspira a ser autosuficiente, no depender de nadie, actuar con absoluta libertad. Un proyecto que inevitablemente tropezará con lo real.

Y en la cuarta os dejo esta hermosa ‘Parábola’ de Antonio Machado, cantada por Paco Ibáñez, y que añade otra perspectiva a lo real, ¿no?